A través del manifiesto “Made in Spain”, alrededor de 300 artistas españoles se han rebelado contra el arbitraje que el pasado mes de junio estableció que los ingresos recaudados por la SGAE por la emisión de música en horario de madrugada no representaran más del 20%, recomendando que se quedara en un 15% (estaban entre un 50 y un 70%).
En el manifiesto, los artistas, entre los que se encuentran José Ángel Hevia, Diego El Cigala, Víctor Manuel, David Summers, Manu Tenorio, Pitingo, Juanra Arnáiz (Guaraná), Jaime Terrón (Melocos), Juan Carmona o José Mercé, defienden la fórmula empleada en La Rueda y dicen no reconocer el laudo.
Los artistas afirman, entre otras cosas, que no se ha producido fraude con La Rueda y que se está sufriendo un “linchamiento injusto y absolutamente desproporcionado” (ver “Alrededor de 300 artistas defienden la fórmula de la “rueda” y no reconocen el arbitraje de la OMPI“, El Periódico, 06.09.2017).
La otra cara de la moneda
Estas declaraciones contrastan con las que hace dos días recogía la prensa en relación a esta trama, y a través de las que otro grupo de autores -entre los que se encuentran Alejandro Sanz, Amaral, Antonio Carmona, Rosario Flores, Antonio Orozco, Bebe, Dani Martín…- pedían al Ministerio de Cultura tutela sobre la SGAE (ver “Los músicos dicen ser “víctimas” de la SGAE“, 05.09.2017, Libertad Digital).
En este manifiesto, los autores explican cómo, a consecuencia de La Rueda, han visto mermados sus beneficios y derechos y piden la reforma y la regeneración ética de la SGAE.
Historia del arbitraje
La demanda de arbitraje fue presentada, ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), por la Asociación Española de Editores de Música (AEDEM) y la Organización Profesional de Editores de Música (OPEM) contra la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) en relación a hechos acaecidos entre 2006 y 2011.
La Rueda de la SGAE está relacionada con el registro de obras musicales, a las que se les hacía algunos arreglos como nuevas, para emitirlas en cadenas de televisión en horario nocturno y cobrar por ellas derechos de autor. Entre los años 2006 y 2011 facturaron en torno a 100 millones de euros.
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