Real Hearing. Tan real como en el tribunal


El 16 de noviembre se celebró una Jornada sobre Arbitraje Internacional en Iberoamérica en la sede de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) en la que se trató, especialmente, la relevancia de los idiomas de la región, el español y el portugués, como protagonistas en el arbitraje y comercio internacionales. La jornada contempló dos sesiones académicas: “La cultura jurídica y la lengua como punto de encuentro del arbitraje” y “Hacia una corte arbitral internacional de referencia”, además de la ceremonia de entrega de premios a cuatro mujeres referentes del arbitraje en Iberoamérica, organizada por la Asociación Multisectorial de Mujeres Directivas y Empresarias (AMMDE).

En la inauguración intervino José María Alonso, decano del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid y recién elegido presidente del Centro Internacional de Arbitraje de Madrid (CIAM), quien defendió Madrid como sede de arbitrajes internacionales por todas las condiciones que atesora y se mostró proclive a trabajar con el objetivo de aunar esfuerzos con el CIAR para conseguirlo: “Estoy convencido de que CIAM y CIAR pueden llegar a un acuerdo para que la voz sea única y se aunen esfuerzos para trabajar con el mismo objetivo.”

La sesión “La cultura jurídica y la lengua como punto de encuentro del arbitraje” contó con la intervención de Bernardo Cremades, socio fundador de B. Cremades y Asociados, para quien: “Se ha conseguido que el español sea un idioma consolidado en la resolución de los conflictos internacionales. Tras el francés y el inglés, hoy el español está adquiriendo una importancia extraordinaria.” Para el árbitro internacional, no hay razón para que conflictos entre sociedades españolas con contratos en un país extranjero se diriman en inglés dando lugar a que en muchas ocasiones se hayan perdido arbitrajes por falta de comprensión cultural.

“Ahora árbitros de origen hispánico son acreditados y los encontramos también en los despachos internacionales”, aseveró Cremades, para el que este hecho adquiere una gran importancia, ya que promueve que términos, ajenos al mundo anglosajón, como abuso de derecho, buena fe o derecho de amparo estén calando en el derecho internacional.

Cecilia Flores Rueda, abogada especializada en arbitraje internacional y socia de FloresRueda Abogados, contó múltiples anécdotas surgidas de la idiosincrasia de los lenguajes y cómo el uso del lenguaje influye también en los costos del arbitraje; y Sofía de Sampaio, socia en Armesto y Asociados, explicó que el idioma condiciona todo un arbitraje, desde el número de abogados de las partes hasta  el impacto a la hora de acudir a los tribunales estatales: “No tiene sentido ignorar nuestros idiomas.” Con estos argumentos también estuvo de acuerdo Miguel Ángel Serrano, vicepresidente del Consejo Arbitral para el Alquiler de la Comunidad de Madrid, que incidió en la necesidad de dar valor a lo que tenemos y a nuestros principios comunes, además de relatar diversas circunstancias que rodearon a arbitrajes en lo que participó y en los que el idioma jugó un papel crucial.

Para Alfredo Bullard, socio en Bullard Falla Excurra, aunque el arbitraje en español ha crecido muchísimo, las sedes de los conflictos internacionales siguen siendo Miami, Nueva York… Bullard explicó el caso de Perú, donde el español es una ventaja competitiva en un país que a nivel doméstico arbitra muchísimo y sin embargo no es competitivo en arbitraje internacional: “el Poder Judicial no genera suficiente confianza”. En relación con el lenguaje: “No es solo una forma de comunicar sino de organizar el mundo. Cuando en una audiencia se habla en dos idiomas hay mucho que se pierde.”

Para la vicepresidenta de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) de Castilla y León y presidenta de la Corte de Arbitraje de Valladolid Ángela de Miguel: “La importancia de poner en valor nuestra cultura va más allá de lo jurídico. Se trata de la manera de hacer los negocios y es necesario trabajar y poner en valor una alternativa seria para resolver los conflictos en español que beneficiará también a las empresas en la aplicación de los laudos.”

“Cualquier corte iberoamericana debe contar también con el portugués”, Sofía de Sampaio.

“Hacia una corte arbitral internacional de referencia”

Tras la exposición de Elena Otero-Novas, presidenta de la Corte Española de Arbitraje y vicepresidenta de CIAM, que matizó las diferencias entre arbitraje doméstico y de inversiones, Narciso Casado, secretario general del Consejo de Empresarios Iberoamericano (CEIB), comenzó subrayando que: “El arbitraje hace región”. Casado defendió la labor pedagógica que se ha hecho los últimos años junto a CIAR y las 100 instituciones que lo apoyan.

Macarena Letelier, directora Ejecutiva de la CAM Santiago y presidenta de la Comisión Interamericana de Arbitraje Comercial (CIAC), explicó que: “El idioma es un gran aliado para la resolución de conflictos. Transparencia, sistemas tecnológicos, conocimiento de los costes son algunas de las bazas del arbitraje que responde a tiempo a las necesidades de las partes.” Para Letelier, según su propia experiencia: “Si queremos posicionar el arbitraje de las cortes, se debe fomentar la colaboración con la justicia ordinaria y conseguir el respeto absoluto a la autonomía de la voluntad de las partes”.

Urquiola de Palacio, presidenta de la Corte de Arbitraje de Madrid y vicepresidenta de CIAM, abogó por la necesidad de una corte representativa en España a nivel internacional que no cree “confusión en el mercado.”

Deva Villanúa, vicepresidenta de la CCI y árbitro Internacional, Armesto & Asociados, dio relevancia a la presencia de Iberoamérica en su institución, dado que las partes latinoamericanas cada vez tienen más peso y los entes estatales latinoamericanos confían en la CCI. No se presenta la misma situación, sin embargo, para el uso del español: “ya que se ha quedado bastante estancado en los últimos años, a diferencia del portugués que sí ha aumentado.”

La necesidad de sumar voluntades para que la región tenga un centro de referencia inició la intervención de Javier Íscar, presidente del CIAR, que habló del momento actual de las pymes de la región como una oportunidad para facilitar, a través del arbitraje, el comercio internacional: “Hay millones y millones de empresas en la región que no ponen cláusulas arbitrales por desconocimiento y es necesaria una intensa labor de difusión.”

La jornada ha sido organizada por la Cátedra de Derecho de los Mercados Financieros de la Universidad CEU San Pablo y Registradores de España y ha contado con la colaboración de la Asociación Multisectorial de Mujeres Directivas y Empresarias (AMMDE), la propia SEGIB, la Conferencia de Ministros de Justicia de Iberoamérica (COMJIB), el Centro Iberoamericano de Arbitraje (CIAR), el Consjeo de Empresarios Iberoamericanso (CEIB), la Corte de Arbitraje de Valladolid y la Fundación Universitaria Iberoamericana (Funiber).

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