Tomás Villatoro (Ius+Aequitas) explica que las tendencias del arbitraje en 2023 vendrán condicionadas por el impacto económico provocado a escala global por la pandemia del covid-19, la guerra de Ucrania y la inflación en algunas regiones. La necesidad de los actores económicos de minimizar su exposición a escenarios económicos adversos motivará el recurso a modelos autocompositivos de resolución de controversias.

El socio de Litigación y ADR de Ius+aequitas prevé: “un notable incremento de la mediación como estadio previo al arbitraje comercial tanto doméstico como internacional, impulsado principalmente por el escenario de incertidumbre económica y de los mercados y el propósito de no incurrir en costes evitables. Al propio tiempo, idéntica circunstancia impulsará la presencia de Third Party Fundings en el arbitraje iberoamericano, donde será cada vez más frecuente que las partes cuenten con financiación externa”.

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