El Gobierno portugués ha informado de que Portugal estudia abandonar el Tratado sobre la Carta de la Energía (TCE) que nació en Lisboa en 1994 para favorecer las inversiones en el sector de la energía.
El Ministerio del Medio Ambiente portugués informó el 20 de julio que está valorando el abandono del TCE. Las declaraciones del titular de Medio Ambiente Duarte Cordeiro se produjeron durante una sesión en la Asamblea de la República que debatía el Presupuesto del Estado para 2023.
El abandono de Portugal es un mazazo simbólico para el Tratado, puesto que el Gobierno de Portugal es el “Depositario” del TCE y quien recibe las notificaciones de retirada del Tratado.
Países como Alemania, Francia y Polonia ya han presentado formalmente su renuncia. Lo hicieron en diciembre de 2023, aunque el acuerdo contempla en el apartado 3 de su artículo 47 que todas las inversiones cubiertas por la Carta de la Energía “en el momento en que surta efecto una retirada, seguirán gozando de protección durante 20 años.”
España, Países Bajos o Eslovenia también anunciaron su salida entre octubre y noviembre de 2022, aunque no figura la notificación formal.
El 7 de julio, la Comisión Europea propuso que la UE, sus Estados miembros y Euratom se retiren, de manera coordinada, del TCE porque “ya no es compatible con la mayor ambición climática de la UE en el marco del Pacto Verde Europeo y del Acuerdo de París.”