El 21 de octubre, el presidente de Francia Emmanuel Macron anunció a la salida del Consejo europeo de Bruselas la retirada de Francia del Tratado de la Carta de la Energía (TCE) afirmando que se trata de una decisión coherente con la estrategia climática europea.

Francia sigue a los Países Bajos y a España, quienes tras Polonia e Italia, completan los tres países que anunciaron su rechazo al TCE en una semana.

Entre las razones esgrimidas por los países destaca el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París de 2015 de lucha contra el calentamiento global.

“Varios casos recientes han demostrado que esta carta y el tratado subsiguiente dieron lugar a mecanismos un tanto especulativos y a grandes pagos de compensación a ciertos actores“, sentenciaba el presidente francés haciendo referencia sin duda a algunos de los últimos arbitrajes conocidos y a la compensación favorable a los inversores (ver “La France se retire du Traité sur la charte de l’énergie, annonce Macron“, Reuters, 21.10.2022).

A pesar de la cláusula de extinción que recoge el Tratado (sunset clause), que permite que sus normas pervivan durante 20 años durante los que los países podrán seguir siendo demandados en base al TCE, parece que los Estados lo tienen claro y las negociaciones hacia la modernización del acuerdo, sostenidas durante tres años, no han dado frutos. Ahora solo cabe esperar quién será el próximo país europeo en anunciar la salida.

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