El 23 de marzo se pone a la venta el Anuario de Arbitraje 2016, el primer libro de estas características publicado en España y coordinado por Gonzalo Jiménez-Blanco, socio y director del departamento de Energía, Recursos e Infraestructuras de Ashurst España, editor del Blog “Arbitrando que es gerundio”, publicado por El Confidencial, y escritor de numerosas publicaciones sobre arbitraje.
¿Por qué la publicación de este libro y a quién está dirigido?
Existían muchos anuarios de arbitraje en distintas jurisdicciones: el austriaco, en Estados Unidos, en República Checa, en Sudamérica, pero faltaba el anuario español. Es verdad que existían algunos otros anuarios pero siempre tratando al arbitraje con otro elemento principal: los litigios, el derecho internacional privado o cualquiera otro.
Yo creo que faltaba un anuario especial sobre el arbitraje y sólo sobre arbitraje. Eso es lo que he tratado de hacer
El libro está dirigido a los muchos profesionales del arbitraje en España. Y también puede ser un instrumento útil para los estudiantes de derecho que quieran saber cuáles son las novedades que ha habido en materia de arbitraje durante el último año
El Anuario de Arbitraje 2016 analiza el desarrollo del arbitraje comercial durante 2015 en España, pero ¿cuáles son los criterios de la edición?
Los que estamos en el arbitraje sabemos cuáles son las cuestiones que se han discutido en el arbitraje durante ese año. No son meras disquisiciones doctrinales. Son los problemas prácticos a los que nos hemos enfrentado los abogados de la comunidad arbitral española en el último año: ¿qué método de trabajo hemos seguido para elegir los temas? Pues muy fácil: los autores han tenido libertad para elegir su tema. Lo único que yo he hecho es evitar duplicidades con otros artículos u otros temas que hayan sido previamente elegidos. La lista de temas finamente elegida es, yo creo, muy interesante y representa bien lo que ha sido el panorama del arbitraje español en el año 2015
¿Se puede hablar de algún hecho relevante que destaque especialmente en el último año?
Como diría Paco Umbral, yo he venido aquí a hablar de mi libro y podía decir que más interesante es el tema del que yo he escrito, el principio de colegialidad y las consecuencias que tiene la no observancia de dicho principio. Pero no es verdad, yo creo que lo más destacado de 2015 es una noticia relativamente negativa que es la referida a las sentencias del tribunal superior de justicia de Madrid sobre el llamado orden público económico y que ha llevado consigo la revisión del fondo de ciertos laudos que han sido anulados en clara tergiversación y en perjuicio del papel que corresponde a las tribunales en la llamada acción de anulación.
Iniciativas innovadoras en el contexto español arbitral como son la divulgación desde su blog “Arbitrando que es gerundio”, la propia publicación del “Anuario de arbitraje 2016”, los comentarios en inglés a la Ley Española de Arbitraje coordinados por Carlos González-Bueno, parecen responder también a una necesidad de comunicar, crear contenido en español, estar presentes en el nuevo contexto social y, de esa manera, divulgar el arbitraje y adquirir representatividad mundial, ¿por qué cree que los profesionales del arbitraje español son tan reacios a comprender y participar de esta realidad?
Pues no lo sé, supongo que creerán tener sus razones: mantener el secretismo de un determinado sector parece que da más fuerza a los afortunados que tienen acceso a ese círculo secreto. Pero creo que es poner puertas al campo, las nuevas tecnologías lo pueden todo y van a arrasar. Lo que creo que hay que hacer no es resistirse al cambio, sino abrazarlo, ponerse a la cabeza del mismo. Las nuevas tecnologías ofrecen muchas oportunidades a todos los usuarios, en ese caso a los clientes, a los abogados, a los estudiantes, etc. y lo que hay que hacer es aprovecharse de esas nuevas oportunidades.
Asuntos cuestionados como la transparencia en el arbitraje o la disponibilidad de los árbitros parecen estar detrás de algunas iniciativas de cortes de arbitraje internacionales. En España, ¿podemos hablar de esos mismos elementos como cuestionados por las empresas para confiar en la herramienta?
Creo que los árbitros son precisamente el elemento más importante del arbitraje. Yo he escrito un artículo que se llama “el ingrediente más importante“. Es el eslabón más débil de la cadena. Si éste falla, todo el arbitraje puede salir mal. Por eso todo lo que sea reforzar la transparencia de los árbitros (conflictos de interés, despachos colectivos, disponibilidad, etc.) será bueno para la credibilidad de esta figura.
Bajo su criterio, ¿existen diferencias sustanciales entre el arbitraje en España y en otros contextos internacionales líderes?
Yo creo que el arbitraje en España, precisamente porque sigue la Ley Modelo, no presenta grandes diferencias respecto al arbitraje de los contenciosos internacionales. Asimismo creo que se observa una cierta uniformidad en la práctica arbitral nacional y la práctica arbitral en otros países. La elaboración de códigos éticos o normas sobre conflictos o sobre pruebas por parte de organismos internacionales (como la IBA) hacen que al final la práctica arbitral que siga esas normas se parezca mucho de un país a otro. Lo que en España faltaba era la formación de una cierta comunidad arbitral. El arbitraje era cosa de unos pocos. Ahora parece que hay más gente dedicada al arbitraje, y eso hace que haya más gente que conozca esas normas internacionales de soft law y en consecuencia que nos parezcamos más a nuestros primos extranjeros.