Para Marta Lya Martini Briceño (Centro Internacional de Arbitraje, Mediación y Negociación, CIAMEN): “El año 2024 podría ser el año en que comencemos realmente a dejar atrás las consecuencias de la recesión originada por la pandemia del año 2020, lo cual cambiará el panorama con respecto a la cautela que, hasta ahora, habían tenido ciertos sectores al iniciar determinados procedimientos litigiosos.”
La realidad geopolítica presenta un panorama complicado, ya que 2024 comienza: marcado por dos fuertes conflictos bélicos, la continuación de la guerra Rusia – Ucrania y la situación en Israel – Gaza y su impacto en Oriente Medio y la zona del mar Rojo; y del otro lado del mundo, la incertidumbre por el resultado de las elecciones en los Estados Unidos y las diversas situaciones en América Latina con el creciente populismo, conflictos internos, etc.
Indudablemente, todas estas situaciones tienen un fuerte impacto en la economía global, lo que se traduce en un probable aumento de la litigiosidad, en donde el arbitraje debe jugar un papel importante.
Por todo esto, en el ámbito del Arbitraje comercial, España debe seguir potenciando y consolidándose como una alternativa de referencia, sobre todo de cara a América Latina, ofreciendo sus magníficos profesionales, leyes e instituciones y trabajar en conjunto con los profesionales de esos países en el impulso del arbitraje y además del arbitraje en español.
Ahora, más que nunca, las interacciones que se vienen dando a nivel de instituciones, como CIAR, CEIA, CIAM, a nivel académico en la formación de especialistas en la materia y en los diversos intercambios y acuerdos entre profesionales, deben continuar desarrollándose para que el crecimiento de la institución arbitral sea una realidad que dé respuesta a las necesidades de este convulso mundo globalizado.
el crecimiento de la institución arbitral sea una realidad que dé respuesta a las necesidades de este convulso mundo globalizado
Todavía hay mucho camino por recorrer y mucho que mejorar, pero es el momento de apostar fuerte por impulsar ese tándem España – Latinoamérica, fortaleciendo la bidireccionalidad y la colaboración para obtener como resultado el fortalecimiento de la institución arbitral, como instrumento de seguridad jurídica en el desarrollo de las economías de ambas zonas.
Europa y el arbitraje de inversiones
Por otra parte, y girando la mirada hacia Europa, cobra protagonismo el cuestionado tema del arbitraje de inversiones.
Es evidente, sobre todo desde el punto de vista intra-europeo, que el arbitraje de inversiones no se encuentra en su mejor momento; y que particularmente España se encuentra en una situación muy delicada al haber perdido varios arbitrajes por el tema de las renovables, haber tomado la estrategia del impago y además continuar con la defensa de casos aún pendientes.
Sin embargo, la labor de los profesionales que nos dedicamos al arbitraje debe ser defender la institución y luchar por mejorar o transformar lo que sea necesario para que el arbitraje continúe siendo una herramienta adecuada para solución de conflictos entre Estados e inversores.
Como consecuencia, este año veremos que surgirán iniciativas para desarrollar nuevas vías y encontrar la manera de readaptar la fórmula del arbitraje de inversiones, lo que implicará un gran trabajo que pasa por convencer y poner de acuerdo a países e instituciones, que no es tarea fácil. Corresponde a todos los sectores relacionados con el arbitraje defender y promover la importancia de esta herramienta que aporta seguridad jurídica a esas relaciones Estado – inversor y el 2024 es el momento de ponernos manos a la obra.