La votación sobre la modernización del Tratado de la Carta de la Energía (TCE) prevista para hoy martes ha quedado suspendida, después de que la Comisión Europea pidiera el viernes la retirada de este tema tras no conseguir la mayoría necesaria a favor de la reforma. El controvertido acuerdo comercial está en riesgo mientras nuevos países se suman a su denuncia: Luxemburgo está dispuesto a retirarse y Austria considera su salida si la modernización no se consolida.
El encuentro sobre el TCE que se celebra hoy no contemplará su modernización después de que el viernes España, Alemania, Francia y Países Bajos se abstuvieran en la votación para apoyar la reforma propuesta el pasado viernes (“Brussels calls for pause in ECT reform talks after losing key EU vote“, Frédéric Simon, EURACTIV.com, 21.11.2022).
Tras las recientes salidas del Tratado por parte de España, Alemania, Francia y Países Bajos, Luxemburgo anunció el 18 de noviembre que su Consejo de Gobierno también había decidido dejarlo. Su ministro de Energía Claude Turmes así lo confirmó a través de su Twitter (@ClaudeTurmes) explicando que: “Aunque la modernización del TCE conlleva ciertos avances, la incoherencia con los objetivos del Acuerdo de París sobre el clima sigue siendo real. El Tratado en su conjunto sigue siendo demasiado protector de las inversiones en energías fósiles y nucleares.”
Austria: Las retiradas anunciadas y no apoyar la modernización han provocado que el antiguo Tratado siga en vigor, y con él el apoyo a las energías fósiles
Austria evalúa su retirada ante las iniciativas en contra de otros estados miembros. Durante una declaración conjunta de la ministra del Clima Leonore Gewessler y del ministro de Economía Martin Kocher, ambos confirmaron esta posibilidad después de que la reforma del acuerdo, que Austria sí apoyaba, fracasara el viernes.
Las muchas críticas al Tratado a lo que se suma el fracaso de su modernización que provoca que siga protegiendo las inversiones en energías fósiles, lo que limita la lucha contra la crisis climática, fueron algunas de las argumentaciones de Gewessler, quien confirmó que tienen un debate abierto sobre la salidad del acuerdo (ver “Österreich prüft Ausstieg aus Energiecharta-Vertrag“, DesStandard, 20.11.2022).
Para Kocher, la decisión de dejar el Tratado de algunos Estados miembros ha provocado que el antiguo Tratado siga en vigor y que la modernización que “habría creado una mejor protección para las inversiones en fuentes renovables y acelerado la transición energética” se malogre.