Accionistas de la petrolera estadounidense Oro Negro han presentado arbitraje contra México invocando el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) acusando a la petrolera pública mexicana Pemex de haber dado un trato preferencial a otros competidores.
La cancelación de contratos a la petrolera estadounidense Oro Negro en 2017 debido a la caída de los precios del crudo ha provocado que los accionistas de la compañía demanden a través de arbitraje a México invocando el TLCAN.
Según información de The Wall Street Journal -“Battle Over Oil Driller Tests Mexico’s Pledge to Level Playing Field for Energy Firms” por Robbie Whelan, 06.04.2018-, el grupo de accionistas estadounidenses acusan a Pemex en la demanda de “fraude y discriminación” a favor de la compañía de perforación Seamex.
El 1 de marzo de 2018, Oro Negro hacía público un comunicado, con motivo del despido de sus trabajadores, en el que acusaba a Pemex de incumplir: “con los contratos que tiene celebrados con Oro Nego y con el pago de servicios ya prestados, incluso a pesar de órdenes judiciales que la obligan a cumplirlos”. La compañía también arremetía en la nota de prensa contra Deutsche Bank: “como fiduciario, aparentemente por instrucción de los tenedores de bonos de Oro Negro, se ha rehusado a entregarle el dinero que le corresponde a Oro Negro, en contra de órdenes judiciales.”
Los demandantes de Oro Negro solicitan una indemnización de 700 millones de dólares en daños.
Reforma energética mexicana de 2013
En 2013, el senado mexicano aprobó la reforma energética del país que abrió su industria de hidrocarburos a la inversión extranjera mediante licencias, contratos de servicios, contratos de utilidad y producción compartida de extracción y exploración (ver “México abre el petróleo a la inversión privada y extranjera”, Luis Pablo Beauregard, El País, 11.12.2013).
Sin embargo, el desplome de la industria petrolera mexicana era un hecho ratificado por expertos como Marcos Giacomán, exdirectivo de Pemex, quien según declaraciones recogidas en un artículo en el medio Contralinea (“Se desplomó la industria petrolera mexicana: Marcos Giacomán“, Zósimo Camacho, 15.03.2018 ) indicaba en marzo de 2017 que: “El mejor indicador cuantitativo para medir la actividad petrolera de un país, es el número de equipos de perforación que operan, ya sea en exploración, desarrollo de campos o en reparación. De octubre de 2009 a principios de 2016, México pasó de tener 182 equipos a sólo 19. La caída ha sido del 90 por ciento en su actividad petrolera”.
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