Empresas Públicas de Medellín (EPM) y Mapfre han anunciado un acuerdo a través del que se suspenderá durante ocho meses el arbitraje iniciado por un siniestro en el proyecto de construcción de la presa Hidroituango (Ituango-Puerto Valdivia, en Colombia).
El arbitraje contra las aseguradoras de la presa Hidroituango por el siniestro de derrumbe de un túnel auxiliar que se utilizó para desviar el río Cauca durante la construcción de la hidroeléctrica se suspenderá durante ocho meses por un acuerdo mutuo para continuar con un proceso de ajuste en curso.
El derrumbe del túnel tuvo lugar el 28 de abril de 2018 y provocó la desaparición de varias poblaciones y los desplazamientos de las gentes que aún no habían sido evacuadas.
Las demanda de arbitraje fue presentada ante la Cámara de Comercio de Medellín en enero de este año por EPM “por un monto de $5,5 billones de pesos, con la finalidad principal de mantener la suspensión de los términos de caducidad, y continuar con el proceso de ajuste técnico del siniestro, de común acuerdo y de forma amigable.” Según explica EPM en información relevante del 23 de junio de 2021.
La presa Hidroituango
En la financiación de este megaproyecto también están involucradas otras compañías españolas como BBVA o Banco Santander (ver “Empresas españolas financian una hidroeléctrica colombiana con errores de construcción“, J. Marcos, Mª Ángeles Fernández, Público, 02.02.2020).
El proyecto no está exento de polémica y desde su inicio movimientos como el de Ríos Vivos han denunciado la ofensa ambiental y social que representa, además de la afrenta contra los derechos humanos. Este proyecto representa el 17% de la generación de energía del país.
El siniestro del 28 de abril
El derrumbe de un túnel auxiliar para desviar el río Cauca mientras la construcción de la hidroeléctrica tuvo lugar el 28 de abril del 2018 y provocó la desaparición de varias poblaciones y los desplazamientos de las gentes que aún no habían sido evacuadas.
Para evitar una tragedia de magnitudes importantes el desvío provisional del río Cauca se corrigió para que volviera a su cauce natural, lo que provocó enormes pérdidas. A ello se unió otra contingencia relacionada con el destaponamiento de uno de los túneles seguido de una fuerte crecida sobre diversas poblaciones que fueron evacuadas, provocando el abandono de ganado, entre otros.
Todo se agravó con el peligro de rotura de la presa, la posible avalancha de agua y la época de lluvias. Las pruebas como cierre de compuertas de la presa no carecían de riesgos, ya que el cauce del río se reduciría notablemente, en febrero de 2019, este hecho provocó el secado total del río acompañado del desastre ecológico.