Si el Willem C. Vis International Commercial Arbitration Moot se caracteriza por algo es por su centro neurálgico en la última planta del edificio de la Universidad de Viena (Juridicum). Ahí estudiantes, entrenadores, árbitros y otros profesionales tendrán la posibilidad de cruzarse, conocerse, sentarse a preparar una audiencia o simplemente conversar, trabajar entre audiencias, tomarse un café o acudir a uno de los puestos de información. Por Leonor Agüera Jaquemet, abogada española e inglesa, árbitro trilingüe de doble nacionalidad española y francesa, entrenadora y formadora de equipos de arbitraje internacional con alto nivel de compromiso.
Todo está minuciosamente preparado. El Vis es fruto de años de experiencia y un equipo para temas administrativos encabezado por una profesional fuera de serie. Siempre con una sonrisa, la calma en persona y el orden personificado. Una delicia trabajar con ella. Ahí estarán también los tres directores dispuestos a dejarse el alma, tiempo para intercambiar unas palabras con Chris, Patrizia y Stefan. Uno para todos y todos para uno, cada uno con tus tareas definidas y siempre atentos a todo el mundo.
Los equipos están listos. Durante cuatro días cada equipo tendrá 4 audiencias. En dos ocasiones defenderán la postura del demandante y en otras dos la del demandado. Algunos tendrán dos en un mismo día y otros una cada día como el equipo que he entrenado.
Los árbitros tienen sus audiencias programadas y pueden acceder a ellas desde sus teléfonos, habrá quien sólo tenga una y quien como yo tenga 4 o más audiencias al acudir como árbitro de emergencia. Atrás quedaron las hojas de puntuaciones que había que cumplimentar y presentar tras cada audiencia, ahora un simple enlace facilita la vida a todos. Un equipo se encarga de revisar las puntuaciones y asegurarse que todo está cada día. Un perfecto trabajo de equipo.
A lo largo de la semana la última planta de Juridicum como se conoce a la Universidad de Viena será un ir y venir de árbitros, entrenadores, equipos, amigos y otros profesionales. Un constante bullicio y un mar en calma a ratos a la espera del ajetreo. A primera hora el café, los dulces y la fruta harán acto de presencia. Las garrafas de agua siempre llenas para quien lo necesite.
El rincón de los sofás verdes y mesas redondas irá llenándose de árbitros, entrenadores y equipos. La zona de mesas y sillas tendrá también sus visitantes con ordenadores, un café o folios con los que repasar la argumentación de la audiencia o simplemente descansar y conversar mientras llega tu audiencia. Al otro lado la mesa de la administración donde se resuelven dudas, se buscan soluciones y se conversa animadamente con los árbitros que se acercan a comprobar dónde quedan sus audiencias, si hay cambios de última hora o cómo va la cosa.
En los laterales restantes están las mesas de asociaciones, instituciones, editoriales y demás información a disposición de quien se acerque. En un rincón la zona de registro de equipos y árbitros. Los banners desplegados de la competición donde miles de estudiantes y profesionales se hacen una foto o comparten un momento. El fotógrafo oficial siempre presto a sacar una foto, buscar la foto que inmortalizará la trigésima edición del Vis.
Ahí puedes cruzarte con Margareth L. Moses, con Ingeborg Schwenzer o con David Hacking, que a pesar de haberse jubilado sigue apoyando la competición y su querido equipo de la universidad de Cambridge al que ha entrenado muchísimos años. Además de muchos otros profesionales de distintas jurisdicciones que año tras año apoyan con su presencia y labor de árbitros la competición.
El Vis es intenso y aquí no importa si te vas a dormir a las 11 o a las 2 de la mañana porque toca ayudar a un equipo latino americano además de contestar y tranquilizar pasada la media noche, los desvelos y las dudas fruto del cansancio que te transmite uno de los estudiantes del equipo. Como coach siempre estás ahí como punto de referencia de tu equipo. Cada uno a su manera ha creado su forma de comunicar contigo y te ha otorgado su confianza.
200 audiencias en un solo día
Las audiencias empiezan el sábado a las 8:30 y a las 4 de la mañana ya sale el listado de las audiencias del día con los árbitros asignados. Lo primero reenviarlo al equipo a las 7:30 de la mañana para que puedan ir familiarizándose con su primer tribunal arbitral a las 10:30.
Sólo a las 8:30 de la mañana del sábado hay 40 audiencias programadas. Otras 40 a las 10:30, 12:30, 14:30 y 16:30. Hablamos de unas 200 audiencias en un sólo día y cada una con 3 árbitros. En esta competición cuando haces cuentas te das cuenta como el compromiso de cada uno hace que sea posible.
Volver a una edición presencial se agradece y traduce en volver a pisar la Universidad de Viena (Juridicum) de nuevo y subir hasta la planta más alta del edificio para proceder al registro del equipo que entreno antes de ir a la sala de mi primera audiencia. Son apenas las 8 de la mañana y la experiencia te dice dónde está cada cosa y puedes pararte brevemente a saludar caras conocidas que hacía tiempo no veías.
Tiempo justo de coger el merchandising de la competición que por experiencia sabes que vuela y de dirigirte a la primera audiencia que está en otro edificio a unos 10 minutos.
Ahí están los dos equipos y tus co-árbitros esperándote para que presidas la audiencia. Se respira felicidad mezclada con el nerviosismo típico de quienes tienen la gran tarea de presentar sus argumentos y sin darse cuenta el tiempo vuela.
Empieza un equipo con los argumentos de la parte procesal y sigue el otro equipo defendiendo su postura en temas procesales, 14 minutos cada uno más un minuto de réplica y otro de contra réplica. Atisbas esa sensación de “lo he logrado” en las caras de los estudiantes. Su primera audiencia, su primer reto y la satisfacción de haber logrado hacer lo mejor posible su función de abogado del demandante y demandad. Haber gestionado y capeado las tormentas que pueden ser las preguntas del tribunal y ver que todo sigue y no se acaba el mundo que es uno de sus mayores miedos.
Tiempo de pasar la palabra al compañero para presentar los argumentos sustantivos del demandante y demandado, escuchar las preguntas del tribunal y tratar de ser receptivo, ayudarse mutuamente para ofrecer respuestas y lograr articular una réplica en menos de un minuto y la contra réplica más punzante y cuando ya les notas que entran del todo en su función de abogados la audiencia ha terminado.
Tiempo para deliberar los árbitros, mientras los equipos tratan de relajar los nervios y las primeras sonrisas hacen acto de presencia cuando vuelven a la sala para recibir la retroalimentación que les ayudará a mejorar y perfeccionar argumentos para la siguiente audiencia.
Tiempo de recoger tarjetas, felicitarlos y agradecer a tus co-árbitros el haber hecho tan sencilla tu labor de presidenta del tribunal. Toca volver a Juridicum y esta vez ser testigo de cómo todo el trabajo que has hecho con el equipo que entrenas hace que se sientan empoderados y capaces de defender sus argumentos. Todo ha sido cuidadosamente preparado, las presentaciones, las entonaciones, el trabajo de equipo, el poder de una sonrisa y de un silencio antes de presentar con toda su fuerza el caso y el argumento de peso.
Es un momento en el que tu capacidad de atención a los detalles se acentúa, lees al tribunal conocedora de lo que quieres saber y buscan, lees a esos dos estudiantes valientes que rompen el hielo de su primera audiencia en Viena y lees al equipo contrario en su gestos y palabras.
Entra el fotógrafo. El equipo ya está avisado y entrenado para que nada perturbe su concentración. Los árbitros también lo saben.
La primera prueba
Corren los minutos y descubres con gran satisfacción que la inmensa cantidad de horas de entrenamiento ha dado su fruto y la gestión del tiempo está ahí, la confianza en uno mismo cuando vienen las preguntas se lee en los gestos, el brillo de los ojos y la sonrisa que atisba. Llega la réplica y contra réplica y tu cerebro está analizando la audiencia más como árbitro, que como coach sabiendo que han superado la primera prueba.
Escuchas el feedback verbal y lees entre líneas cuando sabes lo que es estar de árbitro. Tiempo de agradecimientos, fotos y conversaciones entre los equipos antes de tener una sesión de retroalimentación con el equipo.
Todos tienen la palabra, los oradores para explicar al resto sensaciones, impresiones, pensamientos y su análisis. Los no oradores para compartir las notas que cada uno tenía encomendado tomar dentro del trabajo de equipo. Atrás quedó ese miedo a hablar de lo que no ha funcionado y puede mejorarse, cada vez con más soltura van siendo conscientes del valor de la crítica constructiva y de que centrarse en mejorar es progresar. Buscar soluciones y celebrar logros no están reñidos.
Tiempo de dejarles disfrutar de la competición a su aire y de pasar por el centro neurálgico de la competición para acabar de registrarme como árbitro, saludar a otros profesionales y auxiliar a otro equipo antes de dirigirme a la segunda audiencia del día como árbitro.
Esto es lo bonito del Vis Moot, existe compañerismo y al igual que estás pendiente de tu equipo, lo estás del equipo que vino sin sus entrenadores porque por motivos profesionales no pudieron o del equipo que con los años has forjado relaciones de amistad y que necesita de la ayuda de tu equipo para solventar una situación delicada, como es el tema de no perder un alojamiento.
Ahí vuelves a comprobar porqué el espíritu de esta competición es único cuando mientras tu equipo hace cuentas de sus gastos hasta la fecha para ser conscientes de los costes, tú logras que la co-directora ayude encantada a ese equipo que tanto lo necesita y todo el mundo salga contento de haber logrado dar con soluciones.
Te vas tranquila a la segunda audiencia. El equipo que entrenas empieza a disfrutar y los otros equipos van también solventando aquellas cosas que surjan inesperadas.
Ninguna audiencia es igual
Ninguna audiencia es igual y eso es apasionante. Dejarse sorprender por los argumentos de los estudiantes, leer entre líneas la preparación que cada uno tiene y consensuar cómo va a desarrollarse esa audiencia. Tomar notas para poderles dar la retroalimentación más precisa y personalizada sin por ello desvelar quién de los dos equipos ha sido más persuasivo en su capacidad de oratoria.
Aquí no se valora el sí un argumento se compra o no puesto que el caso ha sido adaptado para que ambas partes tengan argumentos fuertes y débiles. Aquí lo que se valora son las formas de presentar argumentos, la capacidad de entender el caso, el conocimiento de los hechos y de la normativa y como lo uno aplica a lo otro sin usar escuadra y cartabón. Se valora la capacidad de ser receptivo tanto a lo que busca el tribunal como lo que expone la contra parte. Se valora la capacidad de comunicación clara, concisa, estructurada, y en el tiempo que se tiene. La utilización de la voz, entonación, articulación, modulación y ritmo con el que se conversa con el tribunal.
No se trata de aprenderse una exposición de memoria, ni de saberse toda la normativa como un papagayo o de deslumbrar al tribunal con una lista interminable de jurisprudencia de la que si te preguntan poco puedes decir. Aquí se valora la capacidad de oratoria y presentación de una defensa. Las habilidades para explicar la postura de un cliente y los argumentos a su favor. El entender de lo que se habla, la normativa, casos y referencias académicas a las que se alude.
La capacidad para invalidar argumentos de la contra parte con el mayor de los respetos y la cortesía que uno espera de todo profesional. Aquí no se trata de contar su historia por contarla sino de ayudar al tribunal a entender la historia y resolver sus dudas para que pueda dictar un laudo que dé respuesta a las peticiones que uno defiende.
Son las 16:30 y tiempo de ir a la recepción ofrecida por White & Case. Conversar con otros árbitros sobre las audiencias del día y la Paris Arbitration Week que justo tenía lugar en París la semana anterior a la competición. Conocer a la hija de una árbitro que la acompaña para entender más si quiere estudiar derecho y acabar invitándola a presenciar la segunda audiencia del equipo que entrenas
Tiempo de volver a quedar con el equipo a las 19:30 para repasar y ajustar las argumentaciones de la segunda audiencia que tendrá lugar el domingo a las 8:30 de la mañana.
El primer día ha volado y aún toca leer los escritos de varios equipos, contestar clientes y avanzar trabajo. En el segundo día de la competición el ritmo aumenta.