Real Hearing. Tan real como en el tribunal


El pasado viernes 21 de abril, Forest Partners celebró en Madrid la jornada “Tendencias recientes en el arbitraje institucional. ¿Hacia un control más estricto del árbitro?” con la presencia de Lucas Osorio, árbitro y socio director de Hogan Lovells, Pascual Sala, árbitro expresidente del Tribunal Supremo y socio de Roca Junyent, y Jean-Marie Vulliemin, árbitro y socio director de Froriep Legal, moderados por José Vicente Estrada, socio fundador de Forest Partners.

Lucas Osorio comenzó el turno de exposiciones haciendo una reflexión sobre la importancia del nombramiento del árbitro ante un arbitraje, deteniéndose en la autoconciencia y reflexión de cara a la identificación de conflictos con la controversia. Asimismo, hizo hincapié en la obligación que tienen las cortes de velar por el nombramiento de árbitros idóneos en un procedimiento transparente y evitar posible motivos de recusación, resaltando que la pulcritud y diligencia de las cortes en el nombramiento debe cumplir con tres principios:

  • idoneidad,
  • independencia
  • y transparencia

Por otro lado, Osorio expuso los diferentes sistemas de las Cortes a la hora de elegir a los árbitros criticando el poco margen de maniobra que se les deja a las partes en la mayoría de los casos, y decantándose por la utilización de un mecanismo transparente que ofrezca una terna de posibles candidatos.

Finalmente, el árbitro alertó del poco detalle con el que se trata la resolución de la recusación del árbitro en los reglamentos de las Cortes.

la función arbitral no puede ser “devaluada por el menosprecio a la calidad del laudo”

Pascual Sala analizó la conveniencia o no de la segunda instancia arbitral dando vital importancia a la calidad técnica del laudo.

Sala explicó que, para evitar la deriva hacia la acción judicial, la función arbitral no puede ser “devaluada por el menosprecio a la calidad del laudo”, que debe ser garantizada por las Cortes, respetando la independencia del laudo, pero planteando la posibilidad de revisar el borrador y hacer correcciones formales para controlar su calidad, incluso permitirse sugerir en relación con el fondo.

En una última observación, el expresidente del Tribunal Supremo apuntó que la segunda instancia arbitral debería ser fundamentada también en la voluntad de las partes.

Jean-Marie Vulliemin hizo referencia a los estándares de tiempo marcados por las instituciones arbitrales para cumplir con las demandas de los usuarios del arbitraje, que buscan reducción de costes y de tiempo, explicando que el árbitro se ve abocado a una cuestión de “plazos, plazos y plazos”.

Vulliemin pidió un mayor análisis de la relación árbitro-institución un unos momentos en los que la Corte, que asume la responsabilidad sobre el procedimiento, impone al árbitro unos estándares que repercuten en su figura con un sistema sancionador.

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