Real Hearing. Tan real como en el tribunal


Tras tres años de trabajos y debate, los chilenos, finalmente, han rechazado la nueva constitución (un 62% de los chilenos han votado en contra) que renovaría la actual de 1980, engendrada durante la dictadura de Augusto Pinochet, en un proceso que en 2020 una mayoría de chilenos veía necesario. El presidente Gabriel Boric no se rinde al cambio y ha manifestado que los chilenos deberán comenzar el proceso hacia la renovación de nuevo.

En relación a lo que atañe al arbitraje, en marzo de 2022, Orlando Palominos (LEMBEYE), explicaba en este medio en el artículo “Nueva Constitución en Chile: Cambios en arbitraje y protección de inversiones“, que la reforma promovida había “aprobado una propuesta de norma que consagra la imposibilidad de arbitrar controversias que deberán someterse a tribunales administrativos; esto es, aquellos que: “conocen y resuelven las acciones dirigidas en contra de la Administración del Estado o promovidas por ésta y de las demás materias que establezca la ley””.

En relación con los Tratados Bilaterales de Inversión (TBI), Palominos analizaba cómo la Comisión de Medio Ambiente, Derechos de la Naturaleza, Bienes Naturales Comunes y Modelo Económico de la Convención Constitucional “aprobó una propuesta de norma que prohíbe suscribir tratados internacionales que contemplen la posibilidad de recurrir al arbitraje de inversiones ante tribunales no permanentes.”

Sin embargo, la revisión del documento se ha revelado como demasiado radical. Supuestos como un mayor autogobierno para las comunidades indígenas, la regulación del aborto, la atención sanitaria universal, la regulación sobre extracciones mineras o la defensa de la naturaleza, entre otros, se han enfrentado a un final que, de momento, no cambia nada.

Empezar de nuevo

Gabriel Boric ha reconocido la decisión de los chilenos y ha trasladado que trabajarán en un nuevo itinerario constituyente para satisfacer a una amplia mayoría ciudadana. Desde su cuenta de Twitter, Boric afirma que: “Los anhelos de cambio y dignidad exigen a nuestras instituciones y actores políticos que trabajemos con más empeño, diálogo, respeto y cariño, hasta arribar a una propuesta que nos interprete a todas y todos. Para allá vamos. Que viva la democracia y que viva Chile!”.

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