La fallida construcción y modernización de la refinería de Moín amenaza con acabar en arbitraje internacional en Londres enfrentando a la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) y a la Compañía Nacional de Petróleo de China Internacional (CNPCI) por la reiterada negativa de esta última a disolver Soresco, la sociedad conjunta formada por Recope y CNPCI para la financiación, diseño, operación y mantenimiento de la modernización y construcción de la citada refinería.
Según información de Diario Extra: “Recope presentaría arbitraje para disolver Soresco“, a pesar de que no se ha llevado a cabo el proyecto ambas sociedades, a través de Soresco, invirtieron 67,7 millones de dólares de un capital inicial de 100 millones. Recope busca liquidar Soresco debido a la no construcción de la Refinería, pero es necesario un acuerdo unánime y tras dos años de negociaciones no logran entendimiento con la representación china.
Moín, clave para el futuro energético de Costa Rica
La modernización de la refinería de Moín fue negociada por los Gobiernos de China y Perú desde 2006 y según René Castro, exministro de Ambiente y Energía (Minae) de Costa Rica, en declaraciones de 2014 a La Nación (“Expresidente de Recope: Demanda contra la Contraloría fue una orden del Minae“) el proyecto de la refinería definiría el futuro energético del país en los próximo 20 ó 30 años. China “iba a facilitar $1.552 millones para desarrollar el proyecto”.
Pero en 2013, la Contraloría General de la República de Costa Rica frenó el plan cuestionando y prohibiendo a Recope utilizar el estudio de factibilidad de la refinería, hecho por la empresa china Huanqiu Contracting & Engineering Corporation, HQCEC -subsidiaria de CNPC-, y el análisis de riesgo y factibilidad financiera realizado por WorleyParsons.