En una carta dirigida a la presidenta del International Institute for Conflict Prevention & Resolution (CPR) y a los autores de un artículo publicado en el blog de la institución sobre la retirada de la medalla olímpica a la gimnasta estadounidense Jordan Chiles, los abogados que representan al árbitro internacional Hamid Gharavi los acusan de difamación y de exponer al árbitro internacional a “todo tipo de acusaciones y al odio público, amenazas y deshonra, y con ello a su familia y al bufete del que es socio de nombre.”
El artículo “Did Romania’s Lawyer Strip Jordan Chiles of a Bronze Medal?” (“¿El abogado de Rumanía despojó a Jordan Chiles de una medalla de bronce?”), escrito por Katherine Simpson, Benjamin G. Davis y Odette Lagacé, fue publicado el 12 de agosto de 2024, después de que el 10 de agosto, el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAD) decidiera retirar la medalla de bronce a Jordan Chiles en favor de la gimnasta rumana Ana Maria Barbosu. El artículo cuestionaba la independencia del árbitro internacional teniendo en cuenta que es asesor de Rumanía en sus disputas ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI) y ponía en duda si las partes fueron informadas de este hecho, circunstancia aclarada poco después por el TAD y tras la publicación del laudo del caso el 14 de agosto.
“La idea de que quienes deciden los litigios deben estar libres de prejuicios y ser capaces de dictar un laudo favorable a cualquiera de las partes es un pilar fundamental del arbitraje”, citan los autores del artículo publicado en CPR y, unas líneas después cuestionan “si un árbitro olímpico que actualmente representa a un país en la escena mundial puede decidir de forma imparcial un caso en el que está implicada una gimnasta de ese país.”
En la carta de Gharavi, sus abogados acusan a los autores de ser conscientes de que con su análisis suscitarían inquietud en la comunidad arbitral y enfado entre los estadounidenses perjudicando al sistema de resolución de litigios y “en violación de las nociones básicas de independencia e integridad”. Denuncian que se sugería el conflicto sin hacer comprobaciones ni esperar al laudo motivado, ni respetar el debido proceso.
Injusto, descortés y difamatorio
Se manifiesta en la carta que en los artículos se especula “gratuita y prematuramente” sobre que Gharavi habría hecho caso omiso de sus obligaciones y de los principios básicos de integridad. Y continúan destacando cómo el artículo ha sido fuente para numerosos medios, hecho que ha dado lugar a declaraciones de odio contra el árbitro, amenazas, acusaciones de corrupción, peticiones de inhabilitación y apertura de investigaciones en contra, sin que el medio haya informado tras la publicación del laudo, ni hecho aclaración, ni pedido disculpas.
Los abogados de Gharavi exhortan a hacerlo para mitigar los perjuicios sobre el árbitro y su bufete y también aquéllos de los que la revista CPR y los autores “serán responsables”, destacando las reservas sobre el derecho “a reclamar una indemnización por los daños materiales y morales, incluso ante los tribunales franceses y en virtud del derecho penal francés.”
El primer artículo inició una serie de escritos, todos ellos publicados en el blog CPR Speaks, también denunciados por los abogados de Gharavi en la carta: “The Olympics Chiles Arbitration Debacle, Part 2: The Paris Screw Job?“, por Benjamin N. Davis; y “The Olympics Chiles Arbitration Debacle, Part 3: A Sham Award Following a Sham Arbitration?“, por Katherine Simpson.