Real Hearing. Tan real como en el tribunal


La importancia de la elección del idioma y de la sede en un arbitraje internacional tiene un alto valor estratégico. Esta es una de las conclusiones de los expertos congregados en el evento “El impulso del español en los arbitrajes internacionales”, organizado por la Cámara de Comercio de España, en el marco del  “Manifiesto por el uso del español en el arbitraje internacional“, impulsado por el Centro Internacional de Arbitraje de Madrid – Centro Iberoamericano de Arbitraje (CIAM-CIAR), el Club Español e Iberoamericano del Arbitraje (CEIA) y el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación español.

Los problemas de interpretación de términos, la diferencia entre culturas jurídicas, la reducción de costes en los procedimientos internacionales y una mayor seguridad jurídica son algunas de las razones que se expusieron durante el debate de este evento en el que participaron el presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet, el director de la Real Academia Española (RAE), Santiago Muñoz Machado, el presidente de CIAM-CIAR, José María Alonso, y la presidenta del CEIA, María José Menéndez. Y que después completaron en diálogo Mercedes Fernández, árbitra internacional, José Astigarraga, árbitro internacional, y María Inés Corrá, presidenta de la Asociación Latinoamericana de Arbitraje (ALARB) y árbitra internacional.

Citas

Muñoz Machado: “la RAE está desarrollando en los últimos años una actividad muy importante para la unificación del lenguaje jurídico dentro del universo hispanohablante a través de su “Diccionario panhispánico del español jurídico”; la conexión con esa obra de todas las bases de datos legislativas e incluso jurisprudenciales del mundo de habla hispana, y además ahora también con el programa de lenguaje claro, que a la postre lo que hace es posibilitar que los términos en los que se desarrollan y se escriben las leyes y resoluciones judiciales o las decisiones arbitrales sean asequibles para todo el mundo”.

José María Alonso: “La comunidad arbitral, y especialmente los abogados, tienen un deber y una posición privilegiada para fomentar el español cuando ello resulte conveniente para los intereses de sus clientes“.

María José Menéndez: “no siempre se puede presionar con el idioma, pero sí podemos evitar que de manera no reflexiva se incorpore el inglés en todos los arbitrajes internacionales. Muchas veces los contratos están escritos en inglés por muchas personas no nativas y que desconocen cuál sería la interpretación jurídica de muchas expresiones si lo cogiera un abogado de otro país. Así que, si nos queremos acercar a la voluntad real de las partes es importante que el debate se centre en la ley que se aplica y el idioma de las partes. Esto será en beneficio del debate jurídico y la calidad del proceso”.

Mercedes Fernández: “debemos considerar al español en igualdad con otros idiomas, así como pensar siempre qué lengua es la más idónea para un procedimiento arbitral y para beneficiar a sus partes”.

José Astigarraga: el uso de la lengua primaria o secundaria influye en la toma de decisiones.

María Inés Corrá: “estamos avanzando, nos encontramos en un punto mucho mejor que hace una década. Y es que siempre habíamos entendido que la elección de la sede del arbitraje tenía un valor estratégico, pero hoy nos hemos dado cuenta de que el idioma también lo tiene“.

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