El conocido como tren de la muerte en México, “La Bestia”, es el foco de la reclamación del inversor estadounidense Mario Noriega Willars que denuncia la expropiación por parte del Gobierno mexicano sin concederle indemnización. “La Bestia” es conocido por, además de transportar combustibles y todo tipo de materiales para manufacturas y construcción, conducir a través de territorio mexicano a miles de emigrantes centroamericanos que suben en marcha a sus vagones para viajar miles de kilómetros antes de pisar el desierto, su última puerta para acceder a Estados Unidos. Las razones de México para proceder al rescate: interés público, utilidad pública y seguridad nacional.
Mario Noriega Willars, propietario de la Compañía de Ferrocarriles Chiapas-Mayab (CFCM), presentó el arbitraje de inversiones contra México en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a a Inversiones (CIADI) en julio de 2024. En él reclama una indemnización por la expropiación de sus inversiones en el país de no menos de 303 millones USD. El CIADI ha publicado el Memorial de Reclamación del demandante en el que expone más detalles sobre la reclamación de sus inversiones en la ruta del tren conocida como “La Bestia”.
El inversor reclama el incumplimiento del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) por expropiación sin compensación, incumplimiento del principio de Trato Justo y Equitativo, de garantizar protección y seguridad a las inversiones de Willars y de administrarles el mismo trato que a inversores nacionales.
El rescate, según el documento presentado por Willars “sin previo aviso”, para revertir la concesión al Gobierno de México, por parte de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SCT), se produjo en mayo de 2016. Las razones de México se debían a: interés público, utilidad pública y seguridad nacional basándose en la Ley General de Bienes Nacionales de México, en la Ley de Servicios Ferroviarios y en la Ley de Seguridad Nacional: “la Notificación de Rescate omitió cualquier mención de los compromisos de la SCT para compensar a CFCM por el mal estado del Ferrocarril Chiapas-Mayab.”
El inversor denuncia que la Notificación de Rescate no se basaba en ningún supuesto incumplimiento del Contrato de Concesión o de la Modificación, ya que la SCT había dejado claro en la Enmienda que la concesionaria había cumplido con todas sus obligaciones en virtud del Contrato de Concesión. También acusa que solo se le concedió diez días hábiles para responder a la Notificación de Rescate sin tener acceso completo a la documentación hasta el día en que debía presentarse su respuesta: “la SCT se negó a indemnizar a CFCM por los daños derivados de la Declaración de Rescate, incluyendo el lucro cesante derivado de su incapacidad para operar la Concesión hasta el término de su vigencia.”
El reclamante también revela su incapacidad para acceder a sus propios activos y que la SCT le impidió recuperar su posesión.
En el documento, se citan recortes de prensa, entre ellos, uno que recoge las declaraciones de Gerardo Ruiz Esparza, titular de la SCT, en el que hace referencia al Ferrocarril Chiapas-Mayab como la ruta del tren de “La Bestia” (ver ““Cero” indemnización a ex concesionario de La Bestia, advierte Ruiz Esparza“, 24 Horas, 26.08.2016). Para Ruiz Esparza el inversor no aportó ningún equipo en la concesión, por lo que no hubo inversión y la razón de recuperar el servicio fue la incapacidad técnica, operativa y financiera, movimiento integrado dentro del programa del Gobierno mexicano de rescate de vías férreas.







