Real Hearing. Tan real como en el tribunal


La compañía mexicana Fypasa se adjudicó un megaproyecto para la descontaminación del Lago Titicaca en abril de 2019. La concesión del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento contemplaba 30 años de operación, pero Operadora Ecológica del Titicaca (Opeti), anterior grupo mexicano Fypasa, ha solicitado la nulidad del contrato, situación que llevará a las partes, actualmente en conciliación previa, a un arbitraje.

El proyecto “Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales de la Cuenca del Lago Titicaca” consiste en la puesta en marcha de diez plantas de tratamiento para mitigar la contaminación del Titicaca que recibe aguas residuales domésticas sin tratar, además de los residuos de minas de oro sin control, de la región de Puno, vertidos a través de los ríos que desembocan en el lago.

La adjudicación se produjo en abril de 2019, por parte del Estado peruano, al consorcio mexicano Fypasa Construcciones SA de CV y Operadora de Ecosistemas SA de CV (“Se adjudicó proyecto PTAR Titicaca que beneficiará a más de un millón de habitantes de Puno“, Ministerio de Economía y Finanzas) que se impuso a los consorcios: Aguas de Puno (España), Collas (Francia), FCC Aqualia (España) y Sociedad Anónima de Obras y Servicios, COPASA, Sucursal del Perú (España).

Dos años y medio después, Opeti ha presentado la resolución del contrato, mientras se critica el incumplimiento de los tiempos de avance de la obra y las comunidades locales implicadas temen su paralización (ver “Obra de 16 años de lucha quedaría en el abandono“, Diario Sin Fronteras, 27.09.2022). Además, este hecho no está exento de polémica, después de que en febrero de este año, trabajadores de Puno y Jualiaca protestaran por las condiciones laborales y de seguridad de la concesionaria, acusándola de abusos e incumplimiento en los pagos (“Trabajadores que laboran en la ejecución del proyecto de plantas de tratamiento protestan contra OPETI“, Radio Onda Azul, 19.02.2022).

La contaminación en el lago Titicaca lleva alarmando años a sus pobladores y a la comunidad ecologista mundial. En agosto de este año, desde el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo se anunció la creación de un observatorio de la contaminación y una plataforma para monitorear los niveles de residuos tóxicos.

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