El presidente de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) Abdulqawi A. Yusuf ha anunciado que los miembros de su institución no participarán en arbitraje de inversión ni en arbitrajes comerciales. Así lo manifestó en su discurso con ocasión de la última Asamblea General de Naciones Unidas.
Hace alrededor de un año el estudio “Is “Moonlighting” a Problem? The role of ICJ judges in ISDS” realizado por Nathalie Bernasconio-Osterwalder y Martin Dietrich Brauch, del International Institute for Sustainable Development, IISD, desveló cómo los jueces de la CIJ trabajaban como árbitros en múltiples arbitrajes inversor-Estado, durante su mandato en la institución y a pesar de lo que dictan sus Estatutos, que prohíben que sus miembros participen en cualquier otra ocupación de naturaleza profesional.
Según los datos del estudio “Moonlighting”, al menos 20 jueces se habían desempeñado como árbitros durante su mandato en el tribunal internacional.
Ahora, Abdulqawi A. Yusuf, apelando a la transparencia en abordar las actividades extrajudiciales de los miembros de la CIJ relacionadas con el arbitraje internacional, ha anunciado en su discurso ante Naciones Unidas que aunque estas prácticas se hayan permitido a lo largo de los años, el Tribunal ha decidido revisarlas y regularlas.
Abdulqawi ha puesto de manifiesto que: “[…] los miembros de la Corte han llegado a la decisión, el mes pasado, de que normalmente no aceptarán participar en el arbitraje internacional. En particular, no participarán en el arbitraje inversor-Estado ni en el arbitraje comercial.” (traducción propia)
Asimismo, el presidente de la CIJ explicó que: “[…] los miembros de la Corte se negarán a ser nombrados como árbitros por un Estado que sea parte en un caso pendiente ante la Corte, incluso si no hay una interferencia sustancial entre ese caso y el caso sometido a arbitraje. Esto es esencial para poner más allá de todo reproche la imparcialidad e independencia de los jueces en el ejercicio de sus funciones judiciales.” (traducción propia)
Consulte discurso completo: Speech by H.E. MR. Abdulqawi A. Yusuf, President of the International Court of Justice, on the occasion of the Seventy-Third Session of the United Nations General Assembly
El estudio que cuestionó la reputación de la CIJ
Según Nathalie Bernasconio-Osterwalder, autora del estudio y directora del Programa de Política y Derecho Económico del IISD, el objetivo del estudio no era cuestionar la integridad de los jueces de la CIJ: “que pueden verse arrastrados a desempeñar otras funciones”, sino el perjuicio que estos hechos pueden representar para la reputación del tribunal.
Según la autora, siendo la CIJ: “la corte más importante y respetada del mundo encargada de la buena administración de la justicia internacional, sus representantes deben cumplir los más altos estándares de independencia“.
Los analistas del IISD identificaron 90 arbitrajes inversor-Estado (de entre los procedimientos conocidos) en los que jueces de la institución formaron parte del tribunal como árbitros.
Otra cuestión que pone en el centro del debate el estudio “Moonlighting” son los honorarios percibidos en algunos de los procedimientos por estos jueces-árbitros:
- en nueve de los 90 casos percibieron un millón de dólares,
- la media está en 1,28 millones de dólares por tribunal de tres árbitros y por procedimiento.
Christopher Greenwood, conocido juez de la CIJ en aquellos días, trabajó en nueve arbitrajes de inversión durante su mandato, en dos de ellos cobró 400.000 dólares.
Jueces del entorno iberoamericano que se encontraban en situación parecida son el mexicano Bernardo Sepúlveda-Amor (miembro de cinco tribunales arbitrales) y los brasileños Francisco Rezek (miembro de cinco tribunales arbitrales) y Antônio Augusto Cançado Trindade (miembro de dos tribunales arbitrales).
Otros nombres: Peter Tomka, James Richard Crawford, Bruno Simma, Kenneth Keith, Thomas Buerghenthal, Abdulkawi Ahmed Yusuf, Gilbert Guillaume, Joan E. Donoghue, Mohamed Bedjaoui, Rosalyn Higgins, Stephen M. Schwebel y Ronny Abraham.