Los Derechos Humanos están en el centro de numerosas demandas de arbitraje de inversiones. Estos conflictos relacionados sobre todo con la actividad minera o petrolera, nacen, con frecuencia, unidos a las reivindicaciones de las comunidades indígenas que son el centro, en muchas ocasiones, de la agresión de la actividad de extracción, que afecta a sus lugares de vida, a su salud. Un estudio impulsado por la Universitat Oberta de Catalunya en colaboración con el Instituto Nacional de Salud de Perú, publicado por la revista ‘Environment International’ pone el foco en los niveles de plomo en sangre de las comunidades de estas zonas sobreexplotadas.
En muchas ocasiones, la actividad de las grandes corporaciones parece dar alivio a la situación de pobreza que viven en algunas latitudes, pero lo cierto es que muchas poblaciones cargan después con los males que produce la actividad en la mina o, como es este caso, la búsqueda de petróleo.
El estudio “Blood lead levels in indigenous peoples living close to oil extraction areas in the Peruvian Amazon” (“Niveles de plomo en sangre en indígenas que viven cerca de zonas de extracción de petróleo en la Amazonía peruana”), liderado por la investigadora del Instituto de Salud Global de Barcelona (IGlobal) Cristina O’Callaghan-Gordo, expone cómo se han detectado niveles elevados de plomo en sangre entre los habitantes de cuatro cuencas fluviales del Amazonas donde se realizan actividades de extracción de petróleo (son zonas no industrializadas y remotas de la Amazonía).
Las actividades de extracción de petróleo se llevan a cabo en la Amazonía peruana desde la década de 1970. El estudio se ha realizado sobre poblaciones indígenas de cuatro cuencas hidrográficas del norte y han participado 39 comunidades seleccionadas que fueron visitadas entre mayo y junio de 2016, de las que se recogió información sobre los factores de riesgo mediante cuestionarios estructurados y se tomaron muestras de sangre de 1047 individuos: 309 de ellos niños menores de 12 años, y 738 mayores de 12 años y adultos.
Los resultados del estudio indican que los niveles altos de plomo en sangre se asocian con la edad avanzada, el sexo masculino, el hecho de vivir en las cuencas de los ríos Pastaza, Tigre o Corrientes y el consumo de despojos de pescado en niños y adultos. Cuanto mayor es la distancia entre la residencia y las instalaciones de producción de petróleo mayor es la reducción del nivel de plomo en sangre.
Ríos, vertidos y arbitraje
En el año 2018, una explosión alertó a comunidades del río Pastaza en Perú. El olor a combustible despertó a más de mil familias que habitaban los aledaños. El color del río había cambiado, se produjo un derrame de petróleo que afectó al río hasta que Petroperú cerró las válvulas de bombeo tras la alerta (ver “Denuncian derrame de petróleo en río Pastaza“, Martín Sánchez, Perú21, 28.05.2018).
Recientemente, este mes de marzo de 2021 la denuncia de las comunidades indígenas, de los ríos Pastaza, Corrientes, Tigre y Marañón (ubicados en Loreto), se materializó contra la compañía canadiense Frontera a la que acusaban de vertidos de petróleo en el lote que operó de 2015 a 2020 (ver “Indígenas peruanos exigen a canadiense Frontera limpiar derrames de petróleo“, Swissinfo, 23.03.2021).
Los derrames de crudo a las cuencas de la Amazonía han sido noticia periódicamente, y el plomo en sangre en las comunidades indígenas una realidad, hasta el punto de que el Ministerio de Vivienda peruano habilitó plantas de filtración de agua para ser acarreada hasta las viviendas.
Arbitraje Perúpetro vs. Pluspetrol
El pasado mes de abril, Perúpetro informó de la presentación de un arbitraje contra Pluspetrol Norte ante la Cámara de Comercio Internacional (CCI) para exigirle entre otros la limpieza de las zonas afectadas por su actividad en la Amazonía peruana.
Ante el anuncio a finales de 2020 de la liquidación de la petrolera argentina lo que supondría la resolución anticipada del contrato de licencia sobre uno de los lotes operados en la Amazonía, Perupetro solicitó el 5 de abril de 2021 una medida cautelar contra Pluspetrol Norte y sus socios en el Lote 8 (Loreto), para “mantener la vigencia de dicho contrato y evitar la afectación social y ambiental de las Comunidades Nativas ubicadas en dicha zona, así como un perjuicio económico para el país.”
Occidental Petroleum Corporation (OXI) o Pacific Exploration & Production también han explotado la zona.