El 1 de mayo de 2022, David Arias dejará de ser socio de Herbert Smith Freehills para relanzar Arias SLP. Le acompañarán Luis Capiel y Oliver Cojo, en calidad de socios. Ambos formaron parte ya de Arias SLP y se incorporaron también a Herbert Smith Freehills en 2019.
En relación a esta nueva etapa, David Arias explica que: “El mercado internacional me percibe más como árbitro que como abogado y gran parte de mi actividad profesional en Arias SLP consistirá en arbitrar conflictos transnacionales, tanto comerciales como de inversión. Sin embargo, en el mercado nacional quiero potenciar mi faceta de abogado. Me dedicaré no solo a la litigación y al arbitraje, como hasta ahora, sino también a la consultoría estratégica para la gestión de conflictos”.
Me dedicaré no solo a la litigación y al arbitraje, como hasta ahora, sino también a la consultoría estratégica para la gestión de conflictos
“Estoy muy agradecido de haber podido ser socio de un gran despacho internacional como Herbert Smith Freehills durante los últimos tres años, en los que he disfrutado con la llevanza de distintos asuntos internacionales de primer nivel. Al mismo tiempo he podido conocer una firma global desde dentro y trabajar con excelentes profesionales”, declara. Y apostilla: “No creo que haya una firma mejor a nivel global para ejercer la práctica a la que me dedico. Sin embargo, debido a los conflictos de interés, he tenido que rechazar un número muy importante de designaciones como árbitro y también muchos mandatos como abogado. Mi decisión de dejar de ser socio ha venido principalmente motivada por ese alto número de conflictos de interés.”
Desde Arias SLP pretenden prestar a los clientes un asesoramiento especializado y ayudarles a tomar la mejor decisión a la hora de afrontar o de prevenir un conflicto. “Un valor añadido que también proporcionaremos es la predictibilidad del resultado de un arbitraje. Cuando se ven inmersas en una disputa, las empresas necesitan tener una idea de antemano acerca de cuál pueda ser su resultado: la predictibilidad les permite actuar en consecuencia y además beneficia al arbitraje como institución. No es infrecuente que, analizada una disputa, seamos capaces de prever no sólo el resultado esperable, sino hasta los posibles árbitros que la parte contraria designará en su momento”, finaliza David Arias.