Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), aboga por el uso del arbitraje en el contexto actual en el que nos encontramos para evitar llegar a instancias judiciales, especialmente, cuando una empresa se embarca en la tarea de exportar o invertir en el exterior. Así lo trasladó durante la celebración de la jornada: “El arbitraje desde una perspectiva internacional” que congregó en la sede de CEOE, en Madrid, al mundo empresarial y jurídico en torno a la figura del arbitraje en Iberoamérica.
Junto a Garamendi, inauguraron la jornada Andrés Allamand, secretario general iberoamericano, y Javier Íscar, presidente del Centro Iberoamericano de Arbitraje (CIAR). Los ponentes coincidieron en la importancia de seguir apoyando el arbitraje, por ser el método de resolución de conflictos más eficaz y seguro y destacaron el trabajo que se realiza desde CIAR para promover su uso entre las empresas y pymes del espacio iberoamericano.
Intervinieron también en la jornada Fernando Díaz, director de la Asesoría Jurídica de Sacyr, Antonio Muñoz-Murillo, responsable de Litigios en el Grupo Iberdrola, y Dorleta Vicente, directora de Asesoría Jurídica de Ecoembes moderados por María Isabel León, presidenta del Consejo Consultivo de CONFIEP y vicepresidenta de CIAR.
El arbitraje para la internacionalización de las empresas
Antonio Garamendi destacó en su intervención la importancia del trabajo que realiza CIAR por su sólido compromiso en desarrollar e implementar, en el ecosistema empresarial de la región, una herramienta eficaz y segura para dar respuesta a las necesidades y retos derivados de las actividades de las empresas: “En el contexto actual en el que estamos inmersos, ha quedado patente la necesidad de, entre todos, hacer lo posible por superar los conflictos naturales que van surgiendo, especialmente cuando una empresa aborda la difícil tarea de acceder a nuevos mercados, exportar e invertir”. Y consideró que, en la situación en la que nos hallamos, se producirá un incremento en las diferencias y desacuerdos entre empresas, que habrá que tratar de resolver de la mejor manera posible, interpretando los compromisos contractuales y evitando recurrir a procedimientos judiciales que, en muchas ocasiones, son prolongados en el tiempo y altamente costosos.
En este sentido, Garamendi informó de que existe un número cada vez mayor de empresas que están incluyendo la “cláusula CIAR” como mecanismo de resolución de conflictos, una cláusula que compartimos y por la que abogamos las instituciones que forman parte del Centro: “Los empresarios iberoamericanos y sus 24 organizaciones representativas que forman parte de CEIB, nos sentimos muy satisfechos de poder disponer de un sistema de resolución de conflictos seguro y neutral, determinante para el buen desarrollo del comercio interregional, basado en la cultura jurídica común de los países iberoamericanos y que beneficia especialmente a las pequeñas y medianas empresas, quienes representan la mayor parte del tejido empresarial de la Región y son responsables de la mayor creación de empleo”.
CIAR, referencia en el arbitraje iberoamericano
Para el presidente de CIAR, Javier Íscar, el Centro Iberoamericano de Arbitraje está llamado a ser el Centro de Arbitraje natural de todas las relaciones comerciales entre empresas de los 22 países iberoamericanos: “Tener el apoyo de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), de la Conferencia de Ministros de Justicia Iberoamericanos (COMJIB) y la apuesta de la abogacía iberoamericana y de las empresas de la región con el Consejo de Empresarios Iberoamericanos (CEIB) y la CEOE, ofrecen esa dosis de confianza necesaria para que la cláusula arbitral CIAR se incluya en miles de contratos cada semana”.
“las empresas son la esencia de la misión del centro, hay que escucharlas y comprender como se desarrolla su labor para proceder a una resolución adecuada de los conflictos”, Javier Íscar
Y asegura que: “Detrás de una transacción comercial debe haber una cláusula contractual y en este ámbito CIAR ocupa ya un lugar muy importante. En este sentido, las empresas son la esencia de la misión del centro, hay que escucharlas y comprender como se desarrolla su labor para proceder a una resolución adecuada de los conflictos.”
Estado de Derecho y seguridad jurídica, claves para el comercio y la inversión
Para Andrés Allamand: “Si uno mira a la región ve tanto fortalezas como debilidades, y una de ellas es la tendencia de bajo crecimiento desde hace unos años; y el problema es que cuando el crecimiento es modesto, el progreso también lo es, y para solucionarlo es primordial la inversión y el comercio”.
Para hacer realidad ambos factores, inversión y comercio, Allamand habló del Estado de Derecho y de la certeza jurídica, para la que es imprescindible la estabilidad de los marcos regulatorios: “Las principales amenazas en el escenario actual son el contexto político cuando no se adecua a los marcos regulatorios, y la interpretación que las autoridades hacen de las leyes y de las normas, que en todo momento debería ser la idónea.”
“La comunidad iberoamericana está viva, tiene un andamiaje político e institucional y, sobre todo, una enorme vitalidad de organizaciones empresariales que contribuye al capital social de la comunidad”, Andrés Allamand.
Sin mecanismos adecuados para la resolución de controversias y sin los marcos regulatorios adecuados no hay certeza jurídica, explicó Allamand: “Por eso es clave impulsar a CIAR, ya que ejerce de intermediario para garantizar el comercio y la inversión a través de la seguridad jurídica”. E hizo referencia los árbitros y especialistas reputados y a la cultura común, que hacen de él “el centro de referencia para operar dentro de la región y para la región, y no solo para las grandes empresas, sino para las pequeñas y las medianas que son en realidad las que más necesitan esta herramienta”.
La democratización del arbitraje podría estimular las inversiones de empresas más pequeñas
En el panel: “El arbitraje ante una nueva realidad internacional”, moderado por María Isabel León, Fernando Díaz Barco, Antonio Muñoz-Murillo y Dorleta Vicente destacaron que la cláusula arbitral es de especial relevancia cuando se pretende invertir en el extranjero, pues tener un método para resolver conflictos permite operar con tranquilidad.
Entre las conclusiones del debate trascienden:
- Una democratización del arbitraje podría estimular las inversiones de empresas más pequeñas.
- En un momento de inseguridad jurídica derivada de los nuevos paquetes regulatorios en el marco de la crisis energética, el arbitraje se convierte en una herramienta útil para compensar la incertidumbre a la hora de realizar una gran inversión y la injerencia de algunos gobiernos en las instituciones públicas y en el sector privado.
- En el caso de las empresas constructoras los problemas derivados de la inseguridad jurídica se presentan con frecuencia una vez terminada la obra, añadiendo un factor de incertidumbre que conviene tener en consideración.
- El arbitraje no tiene sólo una gran implantación en la gran empresa; las instituciones públicas, especialmente en Latinoamérica, ya utilizan esta herramienta para evitar mayores costos y complicaciones.
- El arbitraje es aún muy costoso para pymes y, por lo tanto, la mayoría no lo contempla como una opción.