Real Hearing. Tan real como en el tribunal


Antonio Alexandre Marín Marín, junto a Luis Bravo Abolafia, ambos ex alumnos de la Universidad Pablo de Olavide, fueron premiados al mejor laudo correspondiente a la VIII Competición Internacional de Arbitraje y Derecho Mercantil Internacional MootMadrid 2016.

Marín tiene Doble Grado en Derecho, Finanzas y Contabilidad; ha realizado prácticas en el departamento de Contencioso Privado en Cuatrecasas, Gonçalves Pereira, y está matriculada en el Máster en Mercados Financieros de la Universidad Pompeu Fabra, actividad que compaginará con el Máster de acceso a la abogacía a distancia.

  • ¿Cuál fue tu primer acercamiento al arbitraje?

Aunque durante mis estudios universitarios tuve un primer acercamiento al arbitraje, este fue puramente teórico. En realidad, se puede decir que el MOOT Madrid ha sido mi primera toma de contacto con el mismo. No es lo mismo estudiar qué es el arbitraje o cómo funciona, que participar activamente en un simulacro tan real como es el MOOT.

Posteriormente, he tenido la suerte de poder ver también algunos temas relacionados con el arbitraje durante mis prácticas en el departamento de contencioso privado de Cuatrecasas, Gonçalves Pereira.

  • ¿Cuál ha sido tu experiencia en la competición MOOT Madrid?

Mi experiencia personal ha sido muy enriquecedora. Coincide que el año pasado, antes de participar en el “Premio al mejor laudo para árbitros menores de 40 años” junto a mi amigo Luis Bravo Abolafia, fui miembro del equipo de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla).

Por tanto, he podido colaborar en la redacción de los escritos de demanda y contestación a la demanda, y además participar como orador durante la fase oral. Por último, me animé a participar en esta categoría en la que hemos resultado premiados.

  • Como premiado a Mejor Laudo, explícanos las claves de vuestro trabajo.

Realmente la clave principal ha sido trabajar muy duro. Tanto mi compañero Luis como yo, dedicamos mucho tiempo a la redacción del Laudo. Tarea que tuve que compaginar con un período de prácticas que estaba realizando en Cuatrecasas, Gonçalves Pereira al mismo tiempo.

Además, en lo que a mi respecta, creo que el hecho de haber participado previamente en esa edición del MOOT Madrid contribuyó a que tuviese un conocimiento del caso exhaustivo. Fueron casi seis meses de trabajo, ante un caso tan complejo o más que uno real. Después de analizar los hechos tantas veces, uno casi se los sabe de memoria.

durante el trascurso del concurso se desarrollan habilidades que quizás hasta entonces el estudiante no terminaba de dominar, como son la oratoria, la capacidad de análisis, la redacción de escritos jurídicos…

  • ¿Por qué los estudiantes de Derecho deberían plantearse participar en este tipo de iniciativas?

Existen muchas razones para plantearse participar. En primer lugar, es bastante normal que muchos chicos tengan dudas acerca de su futuro. Muchos no saben si dedicarse al asesoramiento jurídico, otros no saben si decantarse por ser un “abogado de toga”, y otros directamente pueden plantearse si han escogido la carrera correcta.

Para todos ellos, una experiencia como el MOOT Madrid les servirá para aclarar sus ideas y los ayudará a decidirse. A mí definitivamente me ayudó.

En segundo lugar, no debemos olvidar que muchas de las audiencias en fase oral se realizan en despachos de primer nivel. Lo que es una magnífica oportunidad para darse a conocer delante de socios.

En tercer lugar, durante el trascurso del concurso se desarrollan habilidades que quizás hasta entonces el estudiante no terminaba de dominar, como son la oratoria, la capacidad de análisis, la redacción de escritos jurídicos… Todo el conocimiento que se queda con nosotros cuando finaliza un concurso de este tipo no tiene precio, y es un factor que marcará la diferencia con nuestros compañeros de carrera, en un mundo cada vez más competitivo y donde es más difícil encontrar trabajo.

Aunque aun no he tenido la oportunidad de dedicarme de forma profesional al arbitraje es algo que me apasiona y espero en un futuro poder tener algún contacto profesional con el mismo. De hecho este año he participado como árbitro durante la fase oral de la IX edición del MOOT Madrid, algo que me ha hecho muy feliz.

  • ¿Cuáles crees que pueden ser las expectativas profesionales de los jóvenes ante el arbitraje?

El arbitraje se está convirtiendo en una solución cada vez más demandada, sobre todo por las empresas, ante la dilatación de los procedimientos judiciales, y el beneficio de su confidencialidad.

Por ello, considero que existe un gran futuro para los jóvenes ante el arbitraje, sólo es necesario que se animen y busquen oportunidades. Actualmente hay despachos especializados en arbitraje que están creciendo y por tanto, incorporando a nuevos abogados.

Es clave el papel de las instituciones universitarias, ya que son los centros formadores los que al fin y al cabo direccionan en cierta medida la trayectoria profesional que luego tendrán sus estudiantes.

  • Y en España, ¿cómo ves el desarrollo del mismo en los últimos años?

En España creo que organizaciones como la Corte de Arbitraje de Madrid (CAM), el CEA o la Universidad Carlos III están haciendo una labor muy importante en la difusión del arbitraje.

Además, la salida paulatina de la crisis ha reactivado la economía y por tanto, este hecho está favoreciendo que las empresas acudan al arbitraje para dirimir sus conflictos. Por lo tanto, creo que el arbitraje en España tiene un gran futuro.

  • ¿Cuál podría ser el papel de los jóvenes abogados ante un impulso y fortalecimiento de la figura del árbitro y del arbitraje en el entorno iberoamericano?

Tuve la suerte de poder realizar dos intercambios en Latinoamérica. En concreto, en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) y en la Universidad Nacional de Catamarca (UNCa), Argentina. Los amigos que hice estando allí ya se han convertido la mayoría en jóvenes abogados, pero ninguno de ellos está interesado en el arbitraje.

Ello se debe en parte a que ninguno de estos centros universitarios participa en concursos como el MOOT Madrid.

Por tanto, creo que la universidad tiene un papel importante de cara a formar jóvenes abogados que quieran impulsar y fortalecer el arbitraje en Latinoamérica. Es clave el papel de las instituciones universitarias, ya que son los centros formadores los que al fin y al cabo direccionan en cierta medida la trayectoria profesional que luego tendrán sus estudiantes.

  • ¿Cómo valoras la creación de una institución como el Centro Iberoamericano de Arbitraje, CIAR?

Me parece que la creación del CIAR es un logro para el arbitraje internacional. Pero sobre todo, valoro muy positivamente que se haya constituido un centro de arbitraje específico para resolver controversias que abarque a los países de la conferencia iberoamericana.

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